Ciudadanía escéptica y
sociedad civil en Colombia
por Carlos Vásquez – Zawadzki
--¡Fuera los partidos políticos!
--¡Fuera las instituciones políticas, religiosas,
educativas, económicas, militares…!
--¡Fuera! ¡Fuera todos! ¡Todos fuera!
Un grafiti sobre una blanca y luminosa pared
universitaria decía, hace un tiempo, en rojo solferino: ¡Fuera gringos… del
planeta!
En nuestra geografía política –ante la incredulidad,
el escepticismo altísimo y generalizado de la ciudadanía (estudiantes,
campesinos, intelectuales, trabajadores, estudiantes, etc., etc., etc.), los
indignados vociferan, ¡Fuera de los Ministerios, Congreso, Asambleas, Consejos!
¡Expúlsense, extradítense, arrójense, láncense…
desocupen el país!
Fuera los Popeyes inhumanos y criminales, los altos y
bajos gobernantes ineptos y mentirosos, los enfundados religiosos pederastas y
corrompidos, los inmarcesibles cuellos blancos ladrones, los verbosos y
fallidos guerrilleros secuestradores y asesinos, los paras y narcoterroristas
destructores de vida y riquezas, los psicóticos sicarios irrecuperables, los
empalables padrastros y familiares violadores, los amedallados militares de
falsos positivos, los banqueros y financistas del % arruinador, los equivocados
y castradores maestros ignaros, los palabreros políticos de casas y trabajos en
el aire, los constructores y arquitectos
de burbujas y espacios para seres alienados, los empresarios productores
de plus valía e inequidad, los matasanos de diagnóstico cientificista y sus
correspondientes empresarios insaciables de la salud, los deportistas
anabolizados… En fin, además, los
parásitos, tantos y todos que viven del Estado, del trabajo de sus
conciudadanos.
Sociedad civil
Es la hora. Es la era. El presente de la sociedad
civil, organizable, en Colombia.
Sociedad civil que se asuma, ética y públicamente
responsable.
Creativa e imaginativa, innovadora.
Productora de riqueza material e inmaterial cultural,
grandeza y dignidad humanas.
Generadora de subjetividad e intersubjetividades
libres. De genes de espejo: conscientes del dolor y la alegría del Otro, los Otros.
En equidad. En respeto. En justicia.
En pulsiones de vida.
Razonablemente. Paso a paso. Haciendo historia, la
historia de una nueva sociedad. Inclusiva. Haciendo ‘matria’ más que ‘patria’.
Mediante un nuevo contrato social, contrato
irreversible, actuante, la solidaridad (por oposición al abstracto contrato financiero
del capital), contraria de la soledad.
Es la hora, la era –despejado el horizonte de tanta
lacra, bandido, criminal, timador, ladrón, estuprador, mentiroso, engañador,
corrompido…-- de una nueva, diferente sociedad civil.
Y de un nuevo orden, alfabeto y lenguaje, el de la PAZ
en la justicia social. En el respeto por la vida. En el crecimiento ilimitado
de la dignidad. En la solidaridad inaplazable.