jueves, 22 de mayo de 2008

HACIA PROCESOS HISTÓRICOS POSTCOLONIALES

Sociedades de preguntas abiertas

Más o menos que modernas o postmodernas, nuestras sociedades latinoamericanas serían temporal, es decir, simultáneamente, transmodernas.


por Carlos Vásquez – Zawadzki


Ayer, en nuestras sociedades del ayer cerrado y quizás no todavía concluido, se constataba. Se constataban el y los poderes patriarcales; la y las autoridades verticales; la y las leyes, aparatos de estado e instituciones, valores, identidades, roles, sexualidad... de clase.

Hoy y mañana, en las sociedades dichas postmodernas, todo se interrogaría e interrogará. Porque no habría referentes ni tradiciones seguros para construirle sentidos a los sujetos humanos. Porque todo se transformaría en un mundo globalizado por las leyes del mercado. Porque habrían terminado todos los relatos de la Modernidad, ese proyecto de la Ilustración del siglo XVIII burgués. Porque todos los sólidos se habrían a su vez disuelto en el aire...

Nuestra especificidad sería mestiza (advertida y afirmada por el mismo Simón Bolívar) y temporalmente, simultánea. Ayer y hoy, hoy y mañana: seríamos una conjunción permanente. Una tensión (nietzscheanamente) creativa. Seríamos más o menos que Modernos o Postmodernos, transmodernos. Abiertos y cerrados. Religiosos y laicos. Gobiernistas y anarquistas. Musicales y silenciosos. Edípicos e independientes. Ignorantes y sabios. Civilizados y bárbaros...

Ese ser mestizo, multicultural, contradictorio, pasional más racional, infans y canon de madurez..., exigiría en el proceso histórico actual (y aún en la desfachatez de un final de la Historia, subsumidos en la globalización y homogenización), un proceso que apuntaría a la construcción de nuevas, desconocidas, y mejor, innombradas realidades sociales, cercanas y lejanas de las u-topías de la Modernidad no experimentada ni encarnada ni conocida ni racionalizada, una cultura en construcción de la(s) pregunta(s) abierta(s).

Sí, una cultura otra (o culturas otras) de la interrogación, misma que aborde complejidades de lo real histórico y social:

· Sobre el imposible pensamiento único, que en el siglo XX se tradujo en totalitarismos de derecha e izquierda (inclusive el socialismo capitalista)...

· Sobre el modelo de desarrollo alternativo y sostenible, integral, humano, que apunte a la justicia social, la convivialidad, la comunicación y el intercambio material y simbólico (sin negar un sadismo o violencia destructiva del Otro, consustancial del animal humano)...

· Sobre la justicia social en cuanto a oportunidades de educación, trabajo, salud, vivienda... calidad de vida, calidad cuyos parámetros deberán inquirirse y diferenciarse de las definiciones de la Agenda de la Modernidad del progreso material permanente de las burguesías y del capitalismo, centristas y globales...

· Sobre el agua que haz de beber, el aire que respiramos, los alimentos que nos constituyen, el sol que alumbra sin dañarnos...

· Sobre la misma diversidad cultural, diversidad que se definiría en diferencias y que no se subsume en una Cultura oficial y reduccionista y facilista y esencialista –en cuanto a prácticas autóctonas y demás-, cuanto rompe esquemas de identidad, cánones de comunicación, lenguajes encráticos de poder...

· Sobre el posible poder sin autoridad ética que haría o querría hacer la ‘revolución’ en nuestro lugar, más allá y acá de nuestros deseos y responsabilidades... responsabilidades y decisiones indelegables, irrepresentables, inmediables, porque ‘lo real’ lo haríamos todos y cada uno de los integrantes de la sociedad civil en la asunción de nuestros compromisos y libertad de ser...

· Sobre territorialidad, redescubriendo el espacio y el tiempo geopolíticos, la memoria, los imaginarios y lo reprimido por los mapas departamentales y nacionales que han ocultado nuestras realidades sociohistóricas...

· Sobre globalización, sin las artificiales fronteras y valores de las nacionalidades nunca constituidas ni asumidas, transmodernamente, es decir, en el enriquecimiento del patrimonio o capital simbólico del mestizaje...

· Sobre la legalización de las drogas o su despenalización, porque lo contrario –la persecución y la guerra contra las mismas- ha destruido y destruirá –por mandato o desmiramientos del país del norte- las riquezas humanas y materiales del Estado, patrimonio de todos...

· Sobre la producción de conocimientos y otro sistema educativo asistemático, filosófico, interrogador de la producción de saber (y no del saber gradual, repetitivo, adaptativo): formador de investigadores y de ciudadanos más que de profesionales –ciudadanos, formados sobre la base de una ética pública...

· Sobre la sexualidad y el erotismo, interrogador éste del sentido de la vida y de la libertad creadora...

· Sobre la biodiversidad y la(s) cosmovisione(s), en particular del universo multiétnico del Pacífico colombiano y latinoamericano...

· Sobre el y los poderes, las autoridades ya imposiblemente tradicionales... en la responsabilidad y la ética, la libertad y las diferencias, las estructuras o entidades de la comunicación horizontal, en ruptura con las estructuras y poderes –constatables, ayer, decíamos- de las sociedades patriarcales...

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